Descubierto el primer depósito de ámbar Mesozoico con insectos preservados en Sudamérica
▪ El importante hallazgo en la provincia de Napo (Ecuador) permite reconstruir un antiguo bosque tropical húmedo de hace 112 millones de años.
▪ Por primera vez se encuentra ámbar en Sudamérica con presencia de insectos y arañas.
Un equipo internacional de investigación liderado por la Universidad de Barcelona, con participación destacada del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) y el Museo Senckenberg (Alemania), ha descubierto el primer depósito de ámbar del Mesozoico con insectos preservados en Sudamérica, concretamente en la provincia de Napo (Ecuador).
El hallazgo, publicado en la revista Communications Earth & Environment, permite reconstruir un antiguo bosque tropical húmedo de hace 112 millones de años. En aquella época la Tierra estaba compuesta por el supercontinente Gondwana, y justo se encontraba en pleno proceso de separación e individualización de los continentes modernos.
El yacimiento se encuentra en la cantera Genoveva, en la región amazónica de Tena, y forma parte de la Formación Hollín, una unidad de rocas sedimentarias detríticas de la Cuenca Oriente ecuatoriana.
El ámbar procede de un entorno fluvial-lacustre y, según los análisis geoquímicos y palinológicos, los árboles productores de resina eran probablemente coníferas araucariáceas. Se han identificado dos tipos de ámbar: uno formado bajo tierra, sin inclusiones, y otro expuesto al aire, con bioinclusiones.
Enrique Peñalver, investigador del IGME-CSIC en Valencia, ha desempeñado un papel clave en el análisis de las bioinclusiones del ámbar. El investigador destaca que “se han encontrado sobre todo dípteros quironómidos y ceratopogónidos, así como colémbolos, coleópteros, himenópteros, tricópteros, hemípteros y un fragmento de telaraña. Los insectos apuntan a la presencia de cuerpos de agua dulce y a un bosque tropical húmedo, donde destaca la presencia de familias raras como las avispas †Stigmaphronidae”.
Por su parte, César Menor-Salván, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares, ha analizado la madurez química del ámbar: “Este ámbar es químicamente maduro y está alterado por la exposición al petróleo, ya que la Formación Hollín es una roca madre de petróleo, y actualmente se explota comercialmente”.
El estudio ha analizado 60 muestras de ámbar que permitieron identificar 21 bioinclusiones de cinco órdenes de insectos, junto con un fragmento de telaraña. Aunque no se han encontrado restos vegetales dentro del ámbar, sí se han identificado fósiles de plantas en las rocas asociadas, incluyendo esporas, polen y hojas. Carlos Jaramillo, del Instituto Smithsonian en Panamá, señala que “el polen y los macrofósiles revelan un bosque con pteridófitos (helechos y afines), coníferas araucariáceas y queirolepidiáceas, cicadales y angiospermas tempranas. También se han detectado hongos epifíticos sobre las hojas fósiles y hongos resinícolas”.
Un ecosistema excepcionalmente conservado
Este depósito de ámbar mesozoico es el más grande conocido en Sudamérica y uno de los más ricos en bioinclusiones de Gondwana. Xavier Delclòs, catedrático de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Barcelona y primer autor del artículo, afirma que «forma parte de un depósito recientemente descubierto en la Formación Hollín, datado en el Albiense del Cretácico Inferior, y presenta restos de artrópodos terrestres bien preservados».
Las condiciones ambientales del yacimiento contrastan con otros de la misma edad en Sudamérica, como la Formación Crato, donde se observan ambientes áridos. En este caso, no se ha encontrado evidencia de incendios, a diferencia de muchos yacimientos coetáneos del hemisferio norte, lo que refuerza la hipótesis de una elevada humedad ambiental.
Este hallazgo establece un nuevo marco de referencia para el estudio de los ecosistemas ecuatoriales durante el Cretácico y las relaciones biogeográficas de sus componentes. Mónica Solórzano-Kraemer, del Museo Senckenberg de Frankfurt, concluye: “Futuras excavaciones podrían ayudar a conectar la biodiversidad sudamericana con otras regiones de Gondwana, como la Antártida, Australia y Sudáfrica, donde también se ha encontrado ámbar cretácico”.
Además del IGME-CSIC, en la investigación han participado la Universidad de Barcelona, el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (Panamá), la Universidad del Rosario (Colombia), la Escuela Politécnica Nacional de Quito (Ecuador), el Museo Senckenberg (Alemania) y otras instituciones.
Artículo de referencia
Delclòs, Xavier et al. Cretaceous amber of Ecuador unveils new insights into South America’s Gondwanan forests. Communications Earth & Environment, septiembre de 2025. DOI: 10.1038/s43247-025-02625-2
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