Guía Geológica Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama
127 SIERRA DE GUADARRAMA ETNOGRAFÍA Y GEOLOGÍA EN LA SIERRA DE GUADARRAMA Los diferentes paisajes y terrenos de la Sierra de Guadarrama han condicionado la forma en que el ser humano los pobló, cómo los habita y aprovecha y, en consecuencia, han tenido mucho que ver en la cultura popular de sus habitantes. Mucha de la toponimia de la Sierra de Guadarra- ma se refiere a formas del relieve o a elementos paisajísticos que tienen relación con el sustrato geológico predominante. Es el caso de los parajes de la Sierra de Guadarrama en los que predomi- nan las formas del relieve relacionadas con el afloramiento de rocas de tipo gneis, que reciben el nombre de “cabezas”, donde predominan las morfologías planares redondeadas, ¨peñas donde existen rupturas bruscas de pendien- te” y ¨riscos¨ los relieves agudos. En terrenos graníticos, predominan denominaciones como “berrocales”, “pedrizas”, “canchos” o “lanchas”. Entre los topónimos de terrenos gnéisicos, merece destacarse el caso de Peñalara. Una de las hipótesis etimológicas supone que Peñalara podría haber recibido su nombre como evolución de peñalar, penyalar, peñascal o canchal, lo que es un montón de piedras o guijas sueltas; otra sin embargo, y quizá el más probable por tratarse del más simple, postula que sea la unión de los términos Penna (cabeza) y Lara (llanura), lo que vendría a significar “cabeza plana” y haría referencia a la morfología prominente pero redondeada de esta cumbre. Otros parajes serranos sobre materiales geoló- gicos equivalentes y con topónimos referentes a morfologías de cumbres planares similares a la de Peñalara, son: Loma de Las Cabezas, Cabeza Mediana, Cabezas de Hierro (Mayor y Menor), Cabezuela (Grande y Chica) y Cabeza de la Braña. Entre los topónimos de los terrenos graníticos destaca La Pedriza, término que proviene pro- piamente de piedra, y se refiere a una zona pedre- gosa, habiéndose asignado este nombre porque en ella abundan y se concentran las formaciones rocosas llamativas. Otro conjunto de topónimos que tiene relación con la configuración geomorfológica son los nombres de los parajes que hacen referencia a las depresio- nes que en su momento ocuparon circos glaciares o de nivación, y que en la sierra se denominan “hoyos”, “hoyas” o “circos”: Hoyo Grande, Hoyo Cerrado, Hoyo Claveles; Hoya de Pepe Hernando, Hoya de la Laguna Grande, Hoya del Puerto; Circo de Peñalara, y en aquellos en los que aún hoy en día permanece la nieve durante más tiempo en primavera, formando “neveros” o “ventisqueros”: Pico del Nevero , Puerto del Nevero; Ventisquero de la Condesa, Ventisquero de la Estrada... Por último, un topónimo muy frecuente en este tipo de terrenos pero en ambientes generalmente de bosque, es el término de “nava” que hace re- ferencia también a pequeñas depresiones o zonas llanas a veces encharcadas temporalmente, que dan lugar a zonas verdes o praderías rodeadas de pinares que destacan en el paisaje y que a veces eran o son utilizadas por el ganado para pastos. LOS OFICIOS RELACIONADOS CON LA EXPLOTACIÓN DE LOS RECURSOS GEOLÓGICOS La disponibilidad de recursos minerales, ha condicionado muchos de los oficios de la Sierra de Guadarrama, como los canteros o pedreros, con su variante de picapedreros, que explotaban los granitos para sillería y los gneises para vallados; los areneros y jabre- gueros, que recogían arenas de los mantos de alteración de los granitos y del lecho aluvial de los arroyos; los mineros, tanto de galerías subterráneas de tajos largos (cobre, estaño, wólfram, plata…), como superficial con zanjones y calicatas; y los caleros, tanto aprovechando las calizas y dolomías del piedemonte, como los mármoles del arroyo Artiñuelo en Rascafría. El uso de las rocas y los minerales ha sido objeto de explotación por el ser humano desde la Prehistoria (industrias líticas de sílex y cuarzo de los yacimientos del Abrigo del Molino y Pinilla del Valle; ocres para pinturas en La Pedriza) hasta nuestros días (cantería del granito ornamental), pasando por la explotación romana en el piedemonte (cobre y plata en Otero de Herreros), en la Edad Media-Moderna (plata, plomo, cobre, hierro…) y Contemporánea (de la minería del cobre del siglo XIX a la fiebre del wólfram del periodo entre guerras y la post-guerra).
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