A
la hora de emplear un recurso geotérmico de baja temperatura,
existen tres características que definen la explotación:
Caudal de producción
Temperatura
de producción
Salinidad
del agua caliente
Las
dos primeras influyen en las dimensiones de la operación (a
través de la potencia térmica disponible) y en el esquema
de utilización que se adopte.
La
tercera característica, es decir, la salinidad, influye en el
sistema de explotación. En efecto, el fluido geotérmico
una vez cedido su calor, plantea el problema de su uso posterior o eliminación.
Si es de baja salinidad puede ser utilizado en riegos o eliminado directamente
en la red de alcantarillado o corrientes superficiales. Sin embargo,
cuando su salinidad sobrepasa los 5-10 gr/l, lo que suele ocurrir muy
a menudo, no se puede utilizar y la ley no permite su eliminación
en superficie, por lo que se hace necesario su inyección en el
subsuelo, en la misma formación acuífera de la que procede.
Este sistema de explotación con sondeo de extracción y
sondeo de inyección se conoce como "doblete geotérmico". La
explotación del recurso ha de hacerse entonces con un sondeo
de producción dotado, si es necesario, de bombas de extracción;
una red de conducción de agua geotérmica hasta el intercambiador
principal; la estación de intercambio; una red de retorno hasta
el sondeo de inyección; una estación de bombeo si así
lo requieren las condiciones de inyección y, finalmente, el sondeo
de inyección. Para que el fluido existentes en el entorno del
sondeo de extracción no se enfríe, es necesario alejar
suficientemente el sondeo de inyección.