Aunque se den estas
situaciones, buena parte de las aguas subterráneas son dulces, exentas de
gérmenes patógenos y virus. En general son aptas para cualquier uso y
directamente potables.
La mayoría de las
sustancias disueltas en el agua subterránea se encuentran en estado iónico.
Algunos iones están presentes casi siempre y su suma representa casi la
totalidad de los iones disueltos. Estos iones mayoritarios son los cationes:
calcio, magnesio, sodio y potasio; y los aniones: bicarbonato, sulfato y
cloruro. Es frecuente que el anión nitrato se considere dentro del grupo de
iones mayoritarios, aun cuando su concentración es pequeña si los efectos
antrópicos son poco importantes. La presencia del ión carbonato está
condicionada a un pH > 8,3*, lo cual es poco frecuente. A pH bajo, una parte
importante del carbono inorgánico disuelto está como ácido carbónico
(CO3H2) ó CO2 disuelto. Además, las aguas subterráneas suelen contener
cantidades apreciables de ácido silícico no disociado, que se suele expresar
como sílice disuelta.
El resto de iones y
sustancias disueltas se encuentran por lo general en cantidades notablemente más
pequeñas que las de los iones mayoritarios. Se llaman iones menores a aquellos
que habitualmente no superan el 1% del contenido iónico total (concentraciones
entre 0,0001 y 10 mg/L), y elementos traza a aquellos que, estando presentes, lo
están en cantidades difícilmente medibles por medios analíticos usuales
(concentraciones inferiores a 0,0001 mg/L).
Las
especies químicas disueltas en las aguas subterráneas van a estar condicionadas,
entre otros factores, por el pH, la temperatura y el oxígeno disuelto del agua
subterránea. El pH suele variar entre 6,5 y 8. La temperatura del agua
subterránea en la zona superior del acuífero es muy poco variable y responde a
la media anual de las temperaturas atmosféricas del lugar. Normalmente la
temperatura aumenta 1ºC por cada 33 m de profundidad. Respecto al oxígeno
disuelto, la mayoría de las aguas subterráneas tienen entre 0 y 5
mg/L.
Las aguas superficiales y subterráneas, en
función de la concentración de sustancias disueltas pueden ser clasificadas como
dulces (contienen como máximo 1000-2000 mg/L de sustancias disueltas), salobres
(hasta 5000 mg/L), saladas (hasta 40 000 mg/L), o constituir auténticas
salmueras (más de 40 000 mg/L, hasta la saturación alrededor de 350 000
mg/L).
Hidrólisis: es una
reacción entre el mineral y el agua, en la que actúan los iones del agua,
H+ y
OH-, como
reactivos químicos. Actúa sobre las sales de ácidos o bases débiles, y supone
cambios en el pH del agua. La presencia de CO2 disuelto favorece la
hidrólisis de carbonatos y silicatos.
pH: notación empleada
para designar el logaritmo decimal de la inversa de la concentración del ión
hidrógeno. Se emplea como un indicador de la acidez o de la alcalinidad de una
disolución, según su valor sea menor o mayor de 7. El pH debe medirse en el
campo; si se mide en el laboratorio puede variado debido a la pérdida de dióxido
de carbono del agua de la muestra, o bien a
la formación de precipitados de carbonato.