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• Abastecimiento urbano:
el abastecimiento de agua a las poblaciones es un servicio básico incuestionable
para la sociedad de nuestros días y de obligada e irrenunciable prestación por
los poderes públicos. La Ley de Aguas así lo manifiesta y considera siempre como
prioritario el uso del agua para esta finalidad.
El volumen de agua
utilizado en España para suministro de población, incluyendo las industrias
conectadas a la red urbana, se sitúa en torno a 4700 hm3/año, de los cuales
entre 1000 y 1500 hm3 son de origen subterráneo. Con agua subterránea se
abastece del orden de 13 millones de
habitantes, es decir,
Población abastecida y
volumen de agua subterránea utilizado
más del 30% de la
población nacional. Existen muchas ciudades donde todo o gran parte del
suministro urbano está cubierto por aguas subterráneas: el 100% en Castellón, el
95% en Palma de Mallorca, y el 80% en Almería. En términos generales, el 70% de
los núcleos urbanos se abastece con aguas subterráneas. El valor medio del
consumo doméstico se encuentra próximo a los
170 L/hab/día.
Las pérdidas de agua que
se producen a lo largo de las infraestructuras de distribución se sitúan entre
el 34% en el caso de las grandes áreas
metropolitanas,
y el 24% en las
poblaciones inferiores a 20 000 habitantes. Existe, además, en algunos casos
poco control del agua utilizada para el riego de calles y jardines en pueblos y
ciudades.
• Uso industrial: se trata del
agua empleada para la producción industrial,
que comprende la utilización específica en los productos y en los procesos
de fabricación, refrigeración, acondicionamiento y conservación. También incluye
la satisfacción de las necesidades
inducidas por las correspondientes actividades
auxiliares, tales como alimentación e higiene del
personal, mantenimiento, seguridad