tes amoler: el léxico, las coplillas y dichos, los nom-
bres de las piedrasmoledoras y de losmismosmoli-
nos, incluso la regulación de la pesca en sus
inmediaciones, tempranamente reglamentada, y
que hizo también de los antiguos molineros pesca-
dores:
“
Ydemásdestapescaqueperteneçea lamesa
maestral, losdueñosde losmolinos tienende-
rechoapescar las vaderasdesusmolinos, que
dizenques lacantidadel rioarribadecadamo-
lino loqueunombrehincadoderodillaspuede
arrojar desde el molino una piedra que pese
una libra que llaman quarterón”
(Relaciones
Topográficas deDaimiel, 1575).
Todos estos rasgos culturales forman tambiénparte
de la propia historia de los habitantes del Guadiana
(figura 8.2).
8.2. L
OS HABITANTES
El humedal se encargadehacer crecer los juncos, el
almorchín
, las eneas y
espadillas,
las mimbres y los
tarayes; y lasmanos hábiles dehombres ymujeres a
tejer con juncos omimbre las
nasas
y los
garlitos,
el
cesto-trampa universal de fácil entrada y difícil sa-
lida; con enea, pleitas para hacer esteras y asientos
ocordetas con las fibrasmásmenudas.Mientrasque
el abundante carrizo es recolectadopara
zarzos
(te-
jidoamododepersiana) ybasede la tejadecubierta
de todas las casas de los pueblos del entorno y la
masiega segada y puesta al sol para ser utilizada
como combustible para las
caleras
dado su alto
poder calorífico.
Recolectores de
malvarisco
(Malvavisco,
Althaea of-
ficinalis
) y sanguijuelas, son laaportacióndel ríoa la
medicina y la industria farmacéutica.
Todo este grupo humano, constituido por las espe-
cialidades de recolección citadas: carriceros, mase-
gueros, eneeros, malvarisqueros, sanguijueleros,
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L
AS
T
ABLAS Y LOS
O
JOS DEL
G
UADIANA
:
AGUA
,
PAISAJE Y GENTE
Figura8.2.- Casillas dePelayoy “el Duende”, enel PuentedeMolemocho, en ladécadade1960 (Bancode Imagendel CI-
DAHM).
