P. N. de Timanfaya

0 10 C ada una de las islas canarias tiene una peculiaridad geológica que las hace diferente. La isla de Lanzarote es una de las más visitadas por el turismo nacional e internacional debido a una de esas singularidades: la erupción histórica de Timanfaya. El nombre de la erupción hace referencia al antiguo caserío de Timanfaya que resultó totalmente destruido por la erupción volcánica más intensa y constante de todas las erupciones históricas que ha habido en el archipiélago. En el mes de septiembre de 1730 comenzó una erupción que habría de estar activa, de manera intermitente, durante seis años. El paisaje de Lanzarote cambió bruscamente; donde había valles fértiles y conos volcánicos aparecieron potentes y extensos malpaíses negros y agrestes que ocultaron una parte de la historia de la población de la isla. Nuevos conos, con su cráter amenazante, surgieron alineados como recuerdo del episodio geológico más intenso que ha vivido Lanzarote. Recorrer ese nuevo paisaje es recorrer la historia de una gran erupción volcánica; un desierto de piedras volcánicas que a veces toman formas tan extrañas que parecen de otro planeta. Un paisaje «lunático», desolador pero hermoso, donde los vestigios de vida parecen inexistentes, y donde el interés en conservar y divulgar un paisaje tan singular, es lo que hace tan atractiva la visita a la isla y al Parque Nacional. iNtroDuccióN Macizo de los Ajaches.

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