Guía Geológica Parque Nacional de las Tablas de Daimiel

90 ALGUNAS PECULIARIDADES MÁS Un humedal singular La confluencia de los ríos Cigüela y Guadiana es uno de los artífices de este entorno natural. La reducida pendiente del tramo final del río Cigüela, en su confluencia con el Guadiana, pro- picia el desbordamiento de ese río y el desarrollo de una amplia zona inundada, de profundidad media inferior a 1m por la que discurren cauces naturales difusos. El segundo elemento que contribuye a la generación del humedal de las Tablas de Daimiel es el acuífero de la Mancha Occidental que cuenta con una extensión de más de 5.000 km 2 y descarga por el propio humedal y también a través del cauce del río Guadiana, desde su nacimiento, y a través de un conjunto de manantiales que se conocen como “ojos” en la toponimia local. Así, gracias a la suma de los aportes superficiales y subterráneos se produce la inundación de un área extensa, con aguas de diferente composición química, sulfatadas las que entran por el Gigüela, y carbonatadas las subterráneas, que son las que aporta el Guadia- na. Este rasgo, confieren a las Tablas de Daimiel unas peculiaridades que lo diferencian del resto de humedales fluviales de la cuenca alta del Guadiana y lo convierten en una zona húmeda con una cubierta vegetal característica y con especies únicas que forma un hábitat excepcional para toda la fauna ligada al medio acuático, lo que le hace ser un ecosistema prácticamente único en Europa. Tabla fluvial repleta de ovas. El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel cuenta con una superficie de 3.030 ha de las cuales aproximadamente 2.020 ha están ocupadas por el humedal propiamente dicho, que es el motivo fundamental de este parque nacional. Las 1.010 ha restantes la ocupan las rocas calizas neógenas de la Mancha y por sedimentos cuaternarios. Los suelos del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel A grandes rasgos, se puede decir que hay dos importantes procesos de formación de suelos y por tanto dos tipos de suelos muy diferentes. Los desarrollados bajo condiciones de drenaje restringido, por tanto con características hidro- morfas y/o turbosas, en relación con el humedal, y suelos bien drenados, en el entorno, fuera de la zona inundable. Los primeros se caracterizan por la gran influencia que tiene el agua en el perfil ya que, al estar anegados, se producen procesos de hi- dromorfía (gleyzación) al tiempo que se genera la acumulación de abundante materia orgánica y la lenta descomposición de la misma, dando lugar a suelos orgánicos; son suelos turbosos (Histosoles) o bien suelos con hidromorfía o de gley (Gleysoles).

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