Guía Geológica P. N. Monfragüe

0 74 de observación, si bien la citada isoaltitud presenta tres niveles perfectamente aplanados y visibles correspondientes a los tres grupos de cuarcitas del Parque (Armoricana, Caradoc y Criadero) que son culminados a 500, 400 y 300 metros de altura media, respectivamente. Obviamente un escalonamiento que responde a su dureza, o lo que es igual, a su resistencia a la erosión. Esta tipología, al menos en lo que atañe a su volumen principal, es relativamente reciente y coincidente con el proceso de encajamiento general en el que todavía está inmersa la región, pues ha dado lugar a valles de aspecto juvenil, estrechos y profundos. El interior incidido por los ríos y barrancos del paisaje apalachiano del Parque Nacional de Monfragüe. En un plano medio los estratos de cuarcita que dan lugar al cerro Gimio, parte de una de las líneas de cumbres interiores de la morfoestructura. EL ENCAJAMIENTO DE LOS RÍOS EN MONFRAGÜE La organización actual de la red fluvial es un proceso prolongado y continuo, que viene desde hace mucho tiempo atrás. Puede que se remonte a la creación de las montañas alpinas que originaron en el territorio un cambio orográfico importante, o incluso anterior a ellas. Porque es posible que muchos ríos, de una u otra forma, ya existieran y con los cambios orogénicos se adaptaran y reorganizaran a la nueva situación. Esta reorganización se construye desde sus desembocaduras por encajonamiento y retroceso de sus cabeceras, progresando e incorporando poco a poco a su red más y más territorio interior. Hoy día los ríos producen importantes incisiones en la Meseta meridional, dando lugar a numerosos cañones, hoces o gargantas fluviales. Es la consecuencia del proceso de adaptación del río mediante un mecanismo de erosión remontante que progresa hacia los tramos más alejados de su desembocadura. El tramo medio del Tajo, en la provincia de Cáceres, se encuentra fuertemente encajado, él y sus tributarios más importantes en esta región (el Tiétar, procedente de la Sierra de Gredos, y el río Almonte, del cercano macizo de las Villuercas). El primero se encaja en la depresión del Tajo, en un sector septentrional de la penillanura Extremeña, incidiendo también sobre Monfragüe. El segundo, nada más dejar las últimas estribaciones de la Sierra de Guadalupe, incide fuertemente un centenar de metros en la penillanura Cacereña. La incisión del río Tajo sobre el Parque Nacional de Monfragüe y la penillanura Cacereña.

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