P.N. de las Islas Atlánticas de Galicia

33 En el Macizo Ibérico aparecen rocas con edades comprendidas entre el Proterozoico y el Carbonífero (600-300 millones de años), que fueron deformadas durante la orogenia Varisca. Dicho proceso orogénico tuvo lugar durante el Devónico Superior y el Carbonífero (entre los 360 y 300 millones de años), como consecuencia de la colisión de dos grandes masas continentales (Laurussia y Gondwana), que quedaron unidas dando lugar al supercontinente Pangea. En el frente de colisión se formó una cordillera de grandes dimensiones, la cordillera Varisca (también denominada Hercínica), con una longi- tud de unos 8 000 km y una anchura en torno a 1 000 km, cuyos restos constituyen en la actua- lidad gran parte del basamento de Europa cen- tral y occidental. El sector del Macizo Ibérico que se sitúa en la parte occidental de Galicia corresponde a las zonas internas de la cordillera Varisca, es decir, las zonas donde se desarrollaron con mayor intensidad los procesos de deformación, meta- morfismo y magmatismo, en condiciones relati- vamente profundas. Por este motivo, la geología de esta región se caracteriza por la presencia de abundantes rocas metamórficas e ígneas. El nivel de erosión actual en esta región nos permite ver en superficie rocas y estructuras que se formaron a profundidades de unos 10-15 km. Las rocas metamórficas proceden esencialmente de rocas sedimentarias y ya for- maban parte de Gondwana antes de su choque con Laurussia durante el Paleozoico inferior (hace unos 450-550 millones de años), que posteriormente fueron intensamente deforma- das hace 300 a 360 millones de años e incorpo- radas a la cordillera Varisca. El engrosamiento de la corteza producido por la colisión continen- Principales unidades geológicas de la península Ibérica e islas Baleares. EL MACIZO IBÉRICO El periodo más antiguo de la historia geológica de las islas Atlánticas pue- de ser conocido a través del estudio de las rocas que componen su sustrato o basamento, formadas durante el Paleozoico. Estas rocas pertenecen a la unidad geológica denominada Macizo Ibérico, cuyos aforamientos ocupan la mayor parte de la mitad occidental de la Península Ibérica.

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