¿Qué partículas son más
abundantes, las naturales o las antropogénicas?
Depende. Las partículas naturales
suelen ser, en su mayoría, partículas de origen
primario. Es decir, son partículas que se emiten a
la atmósfera tal y como las encontramos en ella.
También las hay secundarias, es decir, se han
formado en la atmósfera a partir de ciertos
precursores gaseosos.
A escala global hay una
dominancia clara de las partículas naturales sobre
las antropogénicas. De hecho, los aerosoles marinos
y el polvo mineral que se emite en las zonas
desérticas (ambas de origen primario en su inmensa
mayoría) acaparan casi el 90% de la masa total de
aerosoles a escala planetaria. Tras ellas, las
partículas derivadas de procesos de combustión
(primarias y secundarias), tanto por causas
naturales como de origen humano son el siguiente
grupo en abundancia. Finalmente encontramos las
partículas de sulfato y nitrato, de origen casi
exclusivamente secundario (formadas a partir de
óxidos de nitrógeno y azufre, o de formas reducidas
de azufre como el dimetil-sulfuro que emiten los
océanos), que tienen una componente natural y
antropogénica al 50% aproximadamente.
Esta realidad que se observa a
escala planetaria está fuertemente distorsionada en
la escala urbana, donde las partículas de origen
antropogénico son las protagonistas, y entre ellas,
las derivadas de procesos de combustión o los
sulfatos y nitratos son las más abundantes. Por
tanto, las ciudades suelen presentar una atmósfera
rica en partículas secundarias inorgánicas (sulfatos
y nitratos) y orgánicas (multitud de compuestos
orgánicos) que reflejan las fuentes de emisión más
presentes en estos ambientes (tráfico de vehículos,
industrias o generación de energía a partir de
combustibles fósiles).
Ilustramos esta sección con el
enlace a un vídeo (gracias TED ideas) sobre el
movimiento de aerosoles a escala planetaria.
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