Los dos ejemplares que vemos en la foto
corresponden a los restos de una madera
fosilizada en el Triásico, hace más de 200
millones de años. Corresponde a una conífera de
la familia de las araucariáceas que pudo llegar
a alcanzar los 60 m de altura y los 3 m de
diámetro.
Las maderas fosilizadas reciben el nombre
genérico de xilópalo. Su etimología proviene de
la voz griega xylon = madera y ópalo, puesto que
estos vegetales suelen conservarse en esta
variedad amorfa de la sílice.
¿Cómo fosilizan los troncos de madera?
Mediante un proceso denominado permineralización
en el que tiene lugar la precipitación de
minerales en los tejidos celulares vegetales.
Con frecuencia es la sílice la que precipita, de
forma que todo el material orgánico es
reemplazado por este mineral. La fosilización
ocurre bajo tierra, cuando la madera queda
sepultada bajo condiciones de ausencia de
oxígeno, lo que favorece su conservación. El
agua rica en minerales se filtra y los deposita
en las células del vegetal, de modo que al
descomponerse la lignina y la celulosa, en su
lugar se forma un molde transformado en sílice.
El proceso de conservación de los restos fósiles
en sílice recibe el nombre de silicificación.
La madera petrificada puede conservar los
detalles de su estructura original. Por ejemplo,
es frecuente poder observar con nitidez los
anillos de crecimiento, tal y como se aprecia en
el ejemplar de la fotografía. |