Page 5 - Maquetación 1
P. 5

PRESENTACIÓN




            Las inundaciones son los desastres naturales con mayor repercusión socioeconómica, después de las sequías,
            tanto a escala mundial como en lo que se refiere a nuestro país. Basta recordar, en ese sentido, las consecuencias
            de las riadas que en las últimas décadas han afectado a países como Mozambique, Filipinas, China, Venezuela,
            Estados Unidos o Myanmar (Birmania), por citar algunos eventos que han tenido repercusión mediática. En Eu-
            ropa, las grandes inundaciones que tuvieron lugar en el centro del continente durante 2002 supusieron un punto
            de inflexión en la preocupación de las instituciones europeas sobre este problema. Por lo que respecta a nuestro
            país, según un estudio realizado por el IGME en colaboración con el Consorcio de Compensación de Seguros en
            2004, las pérdidas económicas directas por inundaciones durante el periodo 1987-2002 ascendieron a casi 12.000
            millones de euros, es decir, el equivalente al 0,1 % del PIB. Además, se prevén pérdidas cercanas a los 26.000
            millones de euros en los próximos 30 años. Si hablamos del coste en vidas humanas, éstas suponen un goteo
            anual continuo (más de 200 víctimas mortales en la última década), concentrado en eventos que han causado una
            profunda alarma social. Los casos de la avenida de Biescas, con 86 víctimas mortales; de Badajoz, con 21; o de
            Yebra (Guadalajara), con 10, hacen bien patente este hecho.

            Con este bagaje, la acción de las administraciones públicas debe encaminarse hacia una adecuada gestión del
            riesgo relacionado con las inundaciones, tratando de minimizarlo y de paliar sus consecuencias. Para ello, exis-
            ten tres grupos clásicos de medidas: predictivas, preventivas y correctoras. Las medidas y técnicas predictivas de
            las inundaciones presentan aún un desarrollo incipiente, y son, entre otras, el seguimiento meteorológico de nú-
            cleos convectivos, o los sistemas hidrológicos de información en tiempo real. En lo que se refiere a la adopción
            de medidas correctoras, esto es, las actuaciones post-catástrofe o a las líneas de ayudas económicas plasmadas
            en declaraciones de zonas catastróficas, es patente que la simple adopción per se y sin ningún otro tipo de me-
            didas, produce una lógica insatisfacción social. Por ello, la mayor parte de las administraciones públicas de los
            países desarrollados ha optado, desde hace décadas, por concentrar su actuación en lo que denominamos medi-
            das preventivas y, dentro de ellas, en las clásicamente definidas como ‘no estructurales’: ordenación territorial, sis-
            temas de aseguramiento, protección civil y educación en el riesgo.


            Todas las medidas, particularmente las preventivas de tipo no estructural, precisan, como paso previo y fundamento
            de la gestión, la realización de un análisis del riesgo de inundaciones, lo que supone el estudio pormenorizado
            de los elementos del riesgo (peligrosidad, exposición y vulnerabilidad), para posteriormente realizar su integra-
            ción. En este contexto, la cartografía de peligrosidad es un componente básico en los estudios de análisis del
            riesgo de inundación, ya que permite evaluar eficazmente la distribución espacial de los diferentes elementos de
            la severidad (tales como la profundidad de la lámina de agua, la velocidad de la corriente, el transporte de carga
            sólida o los tiempos característicos) y la frecuencia (periodos de retorno o probabilidad de excedencia) del fenó-
            meno de la inundación. Además, presenta la utilidad de poder cruzar los mapas y las bases de datos asociadas a
            ellos, con las cartografías de exposición y vulnerabilidad, para analizar y prevenir el riesgo de forma integrada,
            empleando para ello herramientas como los sistemas de información geográfica (SIG).

            Para que la producción y edición de estos mapas cumpla las funciones de corrección cartográfica y utilidad prác-
            tica, es conveniente unificar las metodologías utilizadas en su realización, homogeneizar los criterios y llegar a
            un consenso sobre los elementos a representar y las leyendas. Por ello, la elaboración de guías metodológicas de-
            dicadas a concretar los métodos de reconocimiento, representación, escalas de trabajo, criterios de zonificación,
            y herramientas informáticas disponibles, constituyen un punto de partida básico en la prevención del riesgo. Es
            en este contexto donde la publicación del presente libro editado por el IGME “Mapas de peligrosidad por aveni-
            das e inundaciones: Guía metodológica para su elaboración” adquiere su más amplio sentido.



                                                                                      José Pedro Calvo Sorando
                                                        Director General del Instituto Geológico y Minero de España




                                                                                                            3
   1   2   3   4   5   6   7   8   9   10