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METODOLOGÍAS Y PROCEDIMIENTOS
PARA EL ANÁLISIS DE LA PELIGROSIDAD
POR AVENIDAS E INUNDACIONES
Las inundaciones y el riesgo por inundaciones
Una inundación (del latín inundatio-onis) según el Diccionario de la Real Academia Española, es la acción y
efecto de inundar, esto es, cubrir los terrenos y a veces las poblaciones. La Directriz Básica de Planificación de
Protección Civil ante el Riesgo de Inundaciones (MJI, 1995), define inundación como la sumersión temporal de
terrenos normalmente secos, como consecuencia de la aportación inusual y más o menos repentina de una can-
tidad de agua superior a la que es habitual en una zona determinada. La Agencia Federal de Gestión de Emergen-
cias de los EE.UU. (FEMA) cuantifica incluso la superficie anegable para que se considere inundación: una con-
dición temporal y general de inundación completa o parcial de dos o más acres (0,81 ha) de terrenos normalmente
secos o de dos o más propiedades, es decir, un exceso de agua (o barro) sobre terrenos normalmente secos. Por
su parte, la nueva Directiva Europea de Inundaciones (2007/60/EC) define inundación como el “anegamiento
temporal de terrenos que no están normalmente cubiertos por agua” (artículo 2.1).
A pesar de la indefinición de términos como “normalmente secos” o “no están normalmente cubiertos por el
agua”, en lo que todo el mundo está de acuerdo, es en el carácter excepcional de las inundaciones desde el punto
de vista de las actividades humanas cotidianas, pero de su carácter consustancial desde el punto de vista de la di-
námica natural (Camarasa, 2002); incluso desde tiempos remotos, las primeras civilizaciones ligadas a los valles
fértiles (Éufrates, Tigris, Nilo, Ganges) eran conscientes y utilizaban los aspectos beneficiosos de las inundacio-
nes, principalmente para la fertilización natural de los campos agrícolas.
Se entiende, por tanto, como riesgo de inundación a la situación potencial de pérdida o daño a personas, bienes
materiales o servicios, como consecuencia del anegamiento de sectores normalmente secos por inundaciones a
las que se asocia una severidad (intensidad y magnitud) y frecuencia o probabilidad de ocurrencia, determinadas.
La Directiva Europea de Inundaciones lo define como la “combinación de la probabilidad de que se produzca una
inundación y de las posibles consecuencias negativas para la salud humana, el medio ambiente, el patrimonio
cultural y la actividad económica, asociadas a una inundación” (artículo 2.2).
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