Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido_2Edición

70 LOS VALLES: UNA VISIÓN DE LA HISTORIA DE LA TIERRA LOS FÓSILES DE AGUAS PROFUNDAS Como ya se ha comentado anteriormen- te, durante el Eoceno inferior, la cuenca marina pirenaica se estrecha y al mismo tiempo se hace más profunda. En el área de Ordesa aparece un nuevo tipo de sedimentos que se acumulan en fondos marinos a varios centenares o incluso un millar de metros de profundidad: se trata de las turbiditas del Grupo Hecho. En estos depósitos ya no encontramos res- tos de conchas como las que vemos en aguas someras, ya que las profundidades abisales son muy inhóspitas para la vida de la mayoría de organismos. Sin embar- go son muy abundantes las huellas y restos de las galerías excavadas en el fondo marino de seres de cuerpo blando, como los gusanos, o con caparazón qui- tinoso como los crustáceos, que remo- vían intensamente el sedimento abisal o formas dejadas por la acción de agrupa- ciones de microorganismos. Estas for- mas, que en realidad son un molde de las huellas originales, se encuentran en la parte inferior de los estratos de arenis- cas que forman las turbiditas, de modo que lo que antes eran huecos en el fondo del mar, ahora aparecen como protube- rancias en la roca. A estos restos también podemos darles el apelativo de “fosiles”, ya que fósil es cualquier vestigio de la existencia pasa- da de la vida en la Tierra, sean sus propios restos, o, como en este caso, los indicios de su actividad. Al tratarse de huellas se les añade el apelativo “ichnos” procedente del griego, que significa huella o pisada, describiéndo- se de este modo como icnofósiles. Es muy difícil saber a qué organismos en concreto correspondían cada una de estas formas y en muchas ocasiones también la función que representaban, si eran galerías en busca de alimento como pueden hacer muchos gusanos (pensemos en las lombrices de tierra), si eran guaridas o moradas para refu- giarse, o trazas producidas durante la huida frente a depredadores. Para la interpretación de estos restos se hacen comparaciones con las marcas, galerías y excavaciones que podemos observar hoy día en los fondos marinos, lo que nos ayuda a interpretarlas. Al igual que sucede con los restos fósiles esqueléticos, los icnofósiles pueden corresponder a organismos de ambientes de fondos marinos muy distintos que viven en condiciones adaptadas a su entorno. Cada uno de estos ambientes tiene unas formas características que permiten identificarlos. En el caso de las huellas que encontramos en la turbiditas del Grupo Hecho que se encuentran en Tres aspectos de los icnofósiles que pueden observarse en la base de los capas de turbiditas: Arriba Paleodictyon (malla hexagonal) cruzada por una traza lineal de Halopoa ; forma radial de Lorenzinia en la imagen central y pistas de Megagrapton en la fotografía inferior.

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