Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido_2Edición

44 LA CORDILLERA PIRENAICA: LA FORMACIÓN DE LAS MONTAÑAS Corte geológico nº 2 realizado en el sector occidental de los Pirineos un poco al oeste de Jaca. Puede observarse cómo la imbricación de las unidades en su sector central es inferior a la del corte 1, lo que explica la menor elevación orográfica de esta transversal. (Modificado de Teixell, 1998) la obtenida con métodos geofísicos. La imagen que obtenemos muestra como estas grandes unidades se disponen unas sobre otras repitien- do rocas de edades más antiguas superpuestas sobre rocas más jóvenes. Estas unidades tectónicas se fueron superpo- niendo unas sobre otras de forma progresiva a lo largo de más de 60 millones de años, desde finales del Cretácico Superior, hace 80 m. a. hasta el Mioceno, hace 20 m.a. Mientras tanto, seguían acumulándose sedimentos marinos en la cuenca pirenaica, cuya geografía se modifica- ba continuamente por el efecto de la tectónica. De este modo algunos de los mantos de cabalga- miento que se iban emplazando podían ser recubiertos parcialmente por sedimentos poste- riores y por eso varias de estas estructuras hoy día se encuentran cubiertas bajo sedimentos más recientes, del mismo modo a como los depósitos actuales de los ríos y las laderas recubren a muchas de las fallas y estructuras tectónicas ya inactivas. LAS UNIDADES TECTÓNICAS DEL PIRINEO MERIDIONAL Las distintas unidades tectónicas que constitu- yen la vertiente meridional del Pirineo correspon- den a grandes láminas de roca que se han des- plazado conjuntamente en una etapa determina- da y que están separadas de las otras unidades por superficies de cabalgamiento principales. Cada una de estas unidades tiene una sucesión de rocas sedimentarias diferente que ayuda a su reconocimiento. En un mapa de la parte central de los Pirineos meridionales podemos ver los cabalgamientos que delimitan las principales unidades tectóni- cas representados con líneas rojas. Cuando estos cabalgamientos se encuentran recubier- tos por depósitos posteriores, su traza probable bajo ellos se ha representado como una línea discontinua. En la transversal del Parque Nacional, las uni- dades que se reconocen, de norte a sur son: la Unidad del Cotiella, Monte Perdido, Gavarnie, Bielsa-Guara y, la más externa, unidad del Guarga-Sierras Exteriores. Estos mantos de cabalgamiento se fueron empla- zando de forma progresiva a lo largo de 60 millo- nes de años mientras seguían acumulándose sedimentos marinos en la cuenca pirenaica. Las unidades que se emplazaron primero son las que se encuentran más arriba en el edificio pirenaico (que son también las que originalmente estaban más al norte): así la primera unidad en hacerlo, durante el Cretácico Superior, fue la Unidad de Boixols que se sitúa mucho más al este, en el límite con el Pirineo oriental. Tras ella se emplazó la Unidad del Cotiella, que sólo se encuentra en la parte oriental del Parque Nacional, dentro del que está representada por la montaña de Castillo Mayor; después la Unidad de Monte Perdido; luego por debajo de ella la Unidad de Gavarnie y bajo ella la Unidad de Bielsa-Guara. La última unidad en emplazarse, por debajo de todas las anteriores, fue la Unidad del Guarga-Sierras Exteriores, que ya no está representada en la zona del Parque Nacional. Esta última unidad fue la responsable del levantamiento de las Sierras Exteriores y se desplazó sobre los sedimentos de la cuenca del Ebro, que no muestran ningún desplazamiento. Cuando se emplazó cada una de estas unidades lo hacía por debajo de las anteriores, de forma que, en su movimiento, desplaza sobrepuestas sobre ella al resto de unidades trasladándolas hacia el sur.

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