Efectos en la salud de las
partículas atmosféricas: ¿Cómo nos podemos proteger?
El motivo principal por el que se
estudian las partículas atmosféricas y la razón
fundamental por la cual la concentración de
partículas se mide en muchas de nuestras ciudades es
porque tienen efectos negativos en nuestra salud:
causan enfermedades respiratorias, cardiovasculares
y, en algunos casos, enfermedades
neurodegenerativas. Se sabe desde hace unas décadas
que, a mayor concentración de partículas en el aire
ambiente, las tasas de mortalidad y el número de
ingresos hospitalarios incrementan. Se sabe también
que, a medida que disminuye el tamaño de la
partícula que estamos respirando, aumenta el
potencial dañino de la misma. En décadas pasadas, la
legislación obligaba a la medida de la concentración
de partículas en suspensión totales (PST), pero en
2001 se cambió el parámetro de medida para
focalizarse únicamente en las partículas de tamaño
inferior a 10 micrómetros (PM10). Recientemente, en
el año 2008, la nueva Directiva Europea de calidad
del aire (2008/50/EC) estableció un nuevo parámetro
de medida, el PM2.5, que equivale a la concentración
de partículas de tamaño inferior a 2.5 micrómetros,
aunque manteniendo también el PM10 como parámetro en
vigor.
Se están realizando numerosos
estudios al respecto, tanto para ver qué tipos de
partículas son más dañinas (estudios que tienen en
cuenta la composición química, el origen de las
partículas, su concentración en número, su tamaño,
etc.) como para ver los efectos que causan. Cada vez
está más claro que las nanopartículas que emiten los
vehículos diésel a través del tubo de escape son las
más dañinas para nuestra salud: son partículas de
tamaño muy pequeño que penetran hasta nuestros
alveolos, y además suelen estar recubiertas de
compuestos orgánicos semi-volátiles de elevada
toxicidad. Recientemente, han aparecido algunos
estudios que muestran cómo este tipo de partículas
pueden incluso ralentizar el desarrollo cognitivo en
los niños que están altamente expuestos a este tipo
de partículas.
Debemos protegernos frente a las partículas
atmosféricas, en primer lugar limitando al máximo su
emisión a la atmósfera (no debemos abusar del
vehículo privado si tenemos alternativas a ello,
como caminar, la bici, o el transporte público). Por
otra parte, hemos de ser conscientes que los lugares
con mayor concentración de este tipo de partículas
son las vías con mucho tráfico rodado, y por tanto
evitaremos exponernos en exceso en estos lugares,
buscando rutas alternativas. Hemos de recordar que
la exposición a la contaminación atmosférica por
partículas causa unas 30.000 muertes al año en
nuestro país, y está en nuestras manos el ir
cambiando ciertos hábitos poco fraternales.
Compartimos este vídeo en el cual
uno de los expertos mundiales en aerosoles
atmosféricos, José Luis Jiménez, nos explica (en
inglés) sobre efectos en salud de los aerosoles
atmosféricos.
https://www.youtube.com/watch?v=XBLmXPWfokM
|